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El kadai paneer es un plato vegetariano, especiado y sabroso, cuya base es el paneer, un queso fresco que también puede ser sustituido por tofu con muy buen resultado.
- 250g de paneer (o queso fresco común o tofu).
- 5-6 tomates medianos picados.
- 5 dientes de ajo prensados.
- 1 trozo de jengibre fresco en juliana.
- 1 o 2 pimientos verdes.
- 1 y 1/2 c/s de semillas de cilantro.
- 1 c/c harissa.
- 1/2 c/s de garam masala.
- 1/2 taza de hojas de cilantro.
- Sal y pimienta al gusto.
Saltear el queso en una sartén y apartar. En la misma sartén, sofreír el ajo y el jengibre. Añadir los tomates picados y saltear hasta deshacer. Picar las semillas de cilantro y añadir con la harissa a la salsa de tomate. Seguir salteando hasta que el tomate quede casi convertido en pasta.
Añadir el pimiento y saltear ligeramente (ojo, queremos que quede crujiente) salpimentando y añadiendo el garam masala. Finalmente, añadir el queso y el cilantro, mezclar con el resto de ingredientes y servir con arroz blanco.
Día invernal, frío, de esos en los que sólo apetece una sencilla y deliciosa sopa bien caliente acompañada por buen pan para entonar el cuerpo. Esta que os traigo hoy está adaptada de la sopa de tomate y pesto del libro The Naked Chef de Jamie Oliver y cumple de sobra esos requisitos.
Ayer, sábado de mercado, aproveché la visita a nuestro verdulero Joaquín para hacerme con unos tomates bien hermosos, bastante maduros, muy aromáticos y desde que los tuve en mis manos supe tenía que hacer una sopa con ellos. Ya en casa, después de hojear un buen rato La cuchara de plata y algún libro más de recetas, me decidí por esta receta de Jamie Oliver porque la idea del pesto sobre la sopa, me parecía apetecible incluso antes de comenzar a cocinar.
Respecto a las modificaciones sobre la receta original principalmente se resumen en la sustitución de uno de los ingredientes (pimientos rojos por pimientos del piquillo, todo un acierto) y en la no eliminación de las pepitas del tomate contraviniendo la recomendación de Oliver. A mi, personalmente, no me hace mucha gracia desperdiciar ingredientes porque si y además, en el caso de las pepitas del tomate y la pulpa que los rodea, creo que son una auténtica delicia.
Sin más, la receta de sopa de tomate con pesto de albahaca.
- Ingredientes:
- 1kg de tomates maduros.
- 200g de pimientos de piquillo asados.
- 1 taza de caldo de verduras.
- 3 dientes de ajo.
- 1 c/s de vinagre blanco.
- 1 punta de cuchillo de ají picado (o guindilla).
- Aceite de oliva, sal y pimienta.
- Opcionalmente, 1 c/s de azúcar moreno (para corregir acidez si fuera necesario).
- Para el pesto, unas hojas de albahaca fresca, aceite y sal.
- Preparación:
Escaldamos los tomates, los pelamos y los cortamos a daditos. Mientras tanto, en una olla salteamos los ajos, el ají y los pimientos cortados previamente en trozos pequeños. Sofritos los pimientos (removiendo de vez en cuando para evitar que se peguen o quemen) añadimos los tomates, tapamos la olla y dejamos hervir unos cinco minutos.
Añadimos la cucharada de vinagre y la taza de caldo, salpimentamos (si al probarla la notamos demasiado ácida, podemos corregirlo con un poco de azúcar moreno durante la cocción final) y comenzamos a hervir la sopa a fuego lento durante unos veinte minutos removiendo de vez en cuando para ir deshaciendo los tomates. Transcurrido ese tiempo, pasamos por el chino (o pasapuré) los trozos que pudieran quedar de carne de tomate o pimientos y continuamos la cocción a fuego medio durante otros quince o veinte minutos hasta obtener la consistencia deseada.
Antes de servir los platos, añadiremos unas cucharaditas de pesto sobre la sopa a modo de decoración. Este peso, que habremos preparado machacando en un mortero unas cuantas hojas de albahaca fresca con un poco de sal y suficiente aceite de oliva, añade un contraste de sabor y textura con la propia sopa mejorando un plato ya de por si sabroso.
Hoy os traigo una riquísima ensalada que prepara mi mujer y que es versión de una receta de Fiji sacada de un pequeño recetario de Intermón-Oxfam de ensaladas y entrantes de asia y oriente próximo. Aunque en la versión original se elabora con suero de leche y lleva algún que otro ingrediente más, aquí hemos sacado provecho del suero de preparar el yogurt casero y hemos usado los ingredientes que teníamos a mano (y aunque utilice el plural de cortesía para justificar su publicación aquí, en realidad yo sólo he hecho la foto).
La combinación del yogurt y el perejil le da un toque ácido/agrio muy rico y que combina bien con el aroma del comino y el ají (guindilla o cayena). Muy recomendable en esta época en la que apetecen platos frescos y ligeros.
Actualización: En el más que recomendable Pienso luego cocino de Sonia y Neus podéis encontrar un interesante artículo sobre el suero de leche y el suero de mantequilla (buttermilk).
- Ingredientes.
- 2 tomates grandes cortados en rodajas.
- 1/2 cebolla picada.
- 4 cucharadas de perejil fresco.
- 1/4 chdta. de comino molido.
- 1/4 chdta. de ají molido.
- 175 ml. de suero de yogurt.
Macerar todos los ingredientes excepto el tomate en el suero de yogurt durante al menos media hora. Servir los tomates en un plato y añadir la salsa macerada. Añadir un poco de sal en escamas antes de servir.
En casa, los #gazpachoday
de esta semana han sido el lunes, el martes y el domingo. Los del lunes
y el martes, dicho sea de paso, con unos tomates de Rota de esos que
apetece comerse recién arrancados de la mata, abiertos por la mitad y
con un pellizco de sal.
Como dato curioso, os contaré que de pequeño no me gustaba el gazpacho. Quiero pensar que el ingeniero que llevaba en mi interior no concebía algo que podía ser una comida o una bebida según la circunstancias. Temas de la cuadriculación, supongo.
Habréis notado que entre los ingredientes no está (y debería) el pan. Yo no suelo añadirselo a menos que vaya a preparar salmorejo así que vosotros podéis hacerlo si queréis darle una textura con más cuerpo. Del mismo modo, si os gusta bebido y no en plato, podéis añadir un poco de agua fría mientras está en la batidora y pasarlo después por un colador chino para eliminar los grumos y restos de piel. Es un plato muy agradecido y que admite mil variaciones.
- Ingredientes (aprox. 2 litros de gazpacho):
- 1kg de tomates maduros.
- 1/2 cebolla pequeña.
- 1/2 pepino mediano.
- 1 pimiento verde.
- 1 diente de ajo.
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- Sal al gusto.
- Preparación:
Cortar todos los ingredientes, añadir al vaso de la batidora y batir hasta que quede una crema muy homogenea y uniforme. (Si, realmente no se puede decir que sea muy complicado de preparar, la verdad). Corregir la acidez del tomate con sal al gusto. Enfriar en la nevera al menos una hora y servir acompañado de hortalizas frescas picadas en daditos (pimiento rojo, pepino,...).Habréis notado que entre los ingredientes no está (y debería) el pan. Yo no suelo añadirselo a menos que vaya a preparar salmorejo así que vosotros podéis hacerlo si queréis darle una textura con más cuerpo. Del mismo modo, si os gusta bebido y no en plato, podéis añadir un poco de agua fría mientras está en la batidora y pasarlo después por un colador chino para eliminar los grumos y restos de piel. Es un plato muy agradecido y que admite mil variaciones.
Para este pan de inspiración italiana, partiremos de la receta base del plan blanco con levadura química (soda bread) y a sus ingredientes añadiremos:
- 100 g de tomate seco (no en aceite).
- 1 cucharadita de ajo en polvo.
- Orégano para añadirlo a la mezcla y también para espolvorear.
La masa la prepararemos siguiendo las proporciones de la anterior receta aunque sólo usaremos la mitad de los ingredientes y obtendremos un pan de unos 600g.-700g. Una vez mezclados los ingredientes originales, añadiremos el tomate seco picado finamente, el ajo en polvo y la mitad del orégano. Leudaremos por primera vez y cuando tengamos que amasarlo de nuevo, aprovecharemos para cubrirlo con el resto del orégano y le realizaremos dos cortes para que la masa crezca fácilmente.
Los tiempos de leudado y horno los mantendremos, sin olvidarnos de llenar de vapor el horno para que la corteza quede muy crujiente.