El epítome de la cocina canaria: Una patata muy pequeña, cocida con piel en una salmuera saturada de sal y acompañada por mojo picón, una salsa picante de pimiento, cilantro y pimentón.
La cocción de la patata se realiza en una olla más bien ancha en la que introduciremos las patatas bien limpias (ya que nos comeremos la piel) y a la que añadiremos agua, sin llegar a cubrirlas completamente, y sal en abundancia.
Coceremos a fuego medio-alto sin tapar, para que el agua se evapore durante la cocción y deje una costra de sal sobre la piel de las patatas, y cuando apenas quede un poco de agua en el fondo y, antes de que se nos quemen las sacaremos, las llevaremos a un recipiente con un paño para que absorba el resto de agua y las dejaremos allí unos minutos antes de servir.
Como comentaba al principio, como más ricas están es con mojo rojo o mojo picón, una salsa de pimiento y pimentón muy adecuada para carnes y, por supuesto, para estas patatas.