Cuando era pequeño, si había un detalle que no podía faltar en un cumpleaños (además de una tarta casera) era la merienda a base de medias noches. No se si vosotros llamabais igual a esos bollitos dulces, tipo brioche, aunque imagino que sabéis a cuales me refiero. Las medias noches se rellenaban con embutidos y quesos y eran la delicia de niños que, a diario, no comían ese tipo de pan tan "sofisticado".
Hoy os traigo una receta para elaborar la masa de esos bollitos (es muy fácil adaptarla para ello) pero que he horneado, por aquello de la comodidad, como un pan de molde de unos 800g fácil de rebanar y conservar.
Ingredientes (para unas 18 rebanadas):
- 500g harina fuerza.
- 250g leche.
- 1 huevo.
- 50g mantequilla sin sal.
- 1/2 c/c sal.
- 75g azúcar.
- 6g levadura fresca.
- La ralladura de un limón (opc. esencia vainilla).
Preparación:
Batimos el huevo y le añadimos la leche en la que previamente habremos disuelto la levadura. Agregamos la mantequilla (en pomada), el azúcar, la sal y el limón (opc. vainilla) y removemos hasta que la disolución sea uniforme.
Añadimos la harina tamizada y amasamos (en amasadora o sobre mesa ligeramente aceitada) hasta que la masa que elástica y muy homogénea.
Llevamos a un molde y extendemos en el fondo. Dejamos reposar una o dos horas (aproximadamente hasta que duplique su volumen) cubierto por un paño húmedo y transcurrido ese tiempo, horneamos a 200ºC durante unos 25 ó 30 minutos.
Tras sacar del horno, espolvoreamos una ligera capa de azúcar glasé (en unas horas se absorbe y deja una superficie brillante) o un almíbar muy ligero para dar el acabado final.
P.S. Si os decidís por la media noche "clásica" en forma de bollito, en vez de usar un molde, sólo tenéis que dividir la masa en diez partes, formar bollos y hornear unos 20 minutos.