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Infusión de azafrán y pimiento choricero: Una manera fantástica de darle color a un pescado que (perdonad por si alguien se siente ofendido por lo que voy a decir) siempre me pareció de lo más soso.
Esta es una adaptación de la receta de besugo a la marroquí del programa de comidas en quince minutos de Jamie Oliver. Y es una adaptación en muchos aspectos no sólo en el cambio del ingrediente principal de besugo por dorada (la crisis y tal). También ha habido cambio en otros ingredientes (nueces en vez de pistachos, pimiento choricero en vez de harira) y en la guarnición (coliflor a la plancha en vez de cuscus) pero, sobre todo, en el tema de los quince minutos: Juro y perjuro que esto no se puede hacer en menos de media hora, diga Don Jamie lo que diga. ;)
- Ingredientes:
Hervimos el agua y dejamos las hebras de azafrán en infusión en las dos terceras partes del agua. La tercera parte adicional la reservamos para rehidratar el pimiento.
Salteamos las nueces y el sésamo en una sartén de fondo grueso. Cuando comiencen a dorarse, reservamos.
Cortamos las cabezas a las doradas (que habremos pedido desescamadas y destripadas) y les hacemos cortes profundos en damero sobre los lomos a fin de que se cocinen mejor. Las salamos y las ponemos a asar en la misma sartén de las nueces. Cuando estén doradas por los dos lados, añadimos la cebolleta en juliana, el pimiento choricero rehidratado ya sin pepitas y cortado muy fino y las nueces con el sésamo. Salteamos estos ingredientes y cubrimos las doradas con el agua con el azafrán.
Apagamos el fuego y dejamos reposando la sartén cubierta para que la dorada absorba el color y el aroma del azafrán durante unos minutos.
Servimos acompañado de coliflor a la plancha (y que podemos preparar en otra sartén de la misma manera en la que hemos preparado las doradas).
- 2 doradas grandes.
- 2 cebolletas.
- 1 pimiento choricero seco.
- 1 puñado de nueces.
- 2 c/s de sésamo.
- 3 vasos de agua.
- 2 c/s aceite de oliva.
- Azafrán en hebras.
- Sal.
Hervimos el agua y dejamos las hebras de azafrán en infusión en las dos terceras partes del agua. La tercera parte adicional la reservamos para rehidratar el pimiento.
Salteamos las nueces y el sésamo en una sartén de fondo grueso. Cuando comiencen a dorarse, reservamos.
Cortamos las cabezas a las doradas (que habremos pedido desescamadas y destripadas) y les hacemos cortes profundos en damero sobre los lomos a fin de que se cocinen mejor. Las salamos y las ponemos a asar en la misma sartén de las nueces. Cuando estén doradas por los dos lados, añadimos la cebolleta en juliana, el pimiento choricero rehidratado ya sin pepitas y cortado muy fino y las nueces con el sésamo. Salteamos estos ingredientes y cubrimos las doradas con el agua con el azafrán.
Apagamos el fuego y dejamos reposando la sartén cubierta para que la dorada absorba el color y el aroma del azafrán durante unos minutos.
Servimos acompañado de coliflor a la plancha (y que podemos preparar en otra sartén de la misma manera en la que hemos preparado las doradas).
Inspirado en el pan de vino tino, piñones e higos de Dan Lepard, hoy os traigo un pan de miga húmeda, dulzón y lleno de matices por el sutil juego de texturas entre la miga, las nueces y las pasas.
Aunque la intención original era un pan con un 60% de hidratación es difícil calcular la hidratación del resultado debido a que durante el primer paso de la preparación las pasas y las nueces absorben una cantidad importante de líquido sobre la que dejamos de tener control una vez amasado (aun después de horneado, las pasas siguen húmedas por dentro y cediendo parte del vino al pan, de ahí su esponjosidad).
- Ingredientes:
- 150g de masa madre de trigo al 100%.
- 275g de vino tinto.
- 150g de pasas.
- 90g de nueces peladas.
- 200g de agua.
- 100g de semolina.
- 300g de harina de fuerza.
- 2 c/c de sal.
En una cazuela pequeña, ponemos el vino y el agua con las nueces y pasas y llevamos a ebullición. Apagamos el fuego y dejamos allí unas seis horas.
Transcurrido ese tiempo colamos el líquido y lo mezclamos con la masa madre y la sal y, una vez diluidas, añadimos la harina y amasamos.
Tras este primer amasado, añadimos las nueces y las pasas y amasamos con suavidad usando pliegues sucesivos para que los frutos queden dentro de la masa.
Llevamos a una fuente tipo pyrex, tapamos y dejamos leudar toda la noche (o, al menos, unas cuatro horas a temperatura ambiente si la cocina está caldeada).
Precalentamos el horno a 250ºC y horneamos durante 55 minutos a 200ºC, 30 con la tapa puesta y los últimos 25 destapada.
Segundo intento con las madalenas mejorando la receta de las madalenas aberronchadas. En este segundo intento, he doblado la cantidad de huevos y, en vez de limón, me he decidido por nueces y frutos del bosque que tenía en casa para acompañar a los cereales del desayuno. He de decir que el resultado ha sido mucho mejor que el de la otra vez y ahora están mucho más esponjosas y untuosas (cosa agradable para una madalena).
Receta (para unas 8 madalenas):
- Ingredientes:
50g de mantequilla en pomada.
40g de azúcar
2 huevos
5 cucharadas de leche
200g de harina
2 cucharaditas de levadura en polvo
sal
Nueces peladas.
Frutos rojos del bosque deshidratados.
- Preparación.
Precalentar el horno a 175º. Separar las yemas y las claras de los huevos. Batir las claras a punto de nieve y apartar. Batir la mantequilla con el azúcar y las yemas de huevo. Una vez batidas, agregar la leche y emulsionar. Añadir después las claras y volver a emulsionar. Mezclar la harina y la levadura y tamizarla antes de añadirla a la mezcla que ya teníamos preparada. Agregar una pizca de sal y amasar a mano hasta que quede muy suave.
Repartir la mitad de la mezcla en moldes de papel con una manga pastelera. Agregar la fruta deshidratada a cada molde y cubrir con la otra mitad de la mezcla sin llenarlos del todo (cuando se horneen no se notará que son dos capas). Cubrir con las nueces picadas finamente y llevar al horno en una bandeja durante unos veinte minutos (o hasta que se doren).