El nombre dal (dhal o daal) en realidad no hace referencia a las lentejas sino que, de manera genérica, denomina ciertas legumbres que en Asia se consumen sin piel. Para este plato se recomienda un tipo de lentejas llamado toor dal (podéis encontrarlas en tiendas de alimentos asiáticos) aunque yo la he preparado con lentejas comunes sin piel y el resultado es excepcional.
Esta receta combina perfectamente el sabor de las lentejas sin piel (mucho más fino y menos fibroso que las lentejas normales) con las especias salteadas y el toque agrio del limón y os da la posibilidad de cambiar un aburrido plato de legumbres por algo mucho más divertido y sabroso.
- Ingredientes:
- 225g de lentejas peladas.
- 700g de agua.
- 1 c/c de cúrcuma.
- 1/2 limón.
- 1/2 c/s clavo de olor.
- 1/2 c/s semillas de comino.
- 1/2 c/s jengibre fresco.
- 40g de mantequilla.
- Sal.
- Preparación:
En una olla, ponemos el agua con la cúrcuma y las lentejas y las llevamos a ebullición. Una vez rompa a hervir, agregamos el zumo del medio limón y la sal y dejamos a fuego lento durante media hora.
En una sartén pequeña, derretimos la mantequilla y salteamos a fuego no muy fuerte los clavos con el jengibre rallado y las semillas de comino. Cuando el salteado esté listo, lo añadimos a las lentejas y dejamos que sigan hirviendo a fuego lento hasta que el salteado y las lentejas queden bien ligados.
Servimos en plato sopero y acompañamos con un poco de limón para exprimir unas gotas en el plato antes de degustarlo.
Patatas, pimiento rojo, un diente de ajo, una pizca de pimienta y romero y un toque de cúrcuma.
Horneadas durante media hora con un poco de aceite de oliva.
Acompañándolas, unas caballas al horno y una Kirin Ichiban.