No os voy a engañar: Estoy deseando cenarme esta noche alguno de los bagels (sin agujero) que he horneado esta tarde y ya estoy pensando con qué rellenarlos (¿Lechuga, tomates cherry, gouda viejo y anchoas? Podría ser).
El resultado es muy bueno y aunque creo que el toque amargo de la sosa los hace más parecidos a los bretzel que he comido por centroeuropa, he de reconocer que el baño en bicarbonato tiene menos complicaciones y necesita de menos precauciones, cosa que siempre es de agradecer en la cocina.