Creo que el pollo asado con patatas fritas es uno de esos pequeños (¿culpables?) y sencillos placeres que nos depara la cocina. Y ni que decir tiene que mojar pan en el caldillo que queda en el plato después de terminar forma parte necesaria de ese rito.
Esta receta es bastante sencilla en cuanto a los ingredientes y, en su concepción, muy parecida a la del
codillo asado al estilo de baviera.
- Ingredientes.
- 1 pollo grande limpio de plumas y vísceras.
- 1 vaso de agua.
- 1/2 litro de vino blanco.
- 3 cucharadas de aceite de oliva.
- Tomillo, comino y romero fresco.
- Sal y pimienta.
- Preparación.
Precalentamos el horno a 175º durante 20 minutos. Mientras, embadurnamos el pollo con el aceite, la sal y la pimienta y lo ponemos en una fuente de hornear que sea profunda y no demasiado ancha (para evitar el exceso de evaporación). Comenzamos a hornearlo y, cuando empiece a dorarse, añadimos las especias y la mitad de la mezcla del agua y el vino, reservando la mitad restante para añadirla más adelante.
Cada veinte minutos le daremos la vuelta para que se dore uniformemente y procuraremos bañar el pollo con su salsa usando un cucharón e intentando que quede bien mojado por dentro y por fuera. Transcurridos los primeros cuarenta y cinco minutos, añadimos el resto de la mezcla del agua y vino.
En el horno lo tendremos un total de una hora y media (podemos estirar hasta las dos horas si el pollo es muy grande) procurando que los últimos 15 minutos la temperatura sea de 225º para que quede el exterior muy crujiente.